Seminario Mayor Nacional v2.0

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EL ACOLITADO

Hablar del acolitado es hablar del segundo ministerio menor que está presente en la Iglesia desde tiempos antiquísimos. En la Carta Apostólica “Ministeria Quaedam” en forma de MotuProprio de Pablo VI del 15 de agosto de 1972, se configuran dos oficios o tareas, a saber, el lectorado, que está ligado al ministerio de la Palabra, y el acolitado, que está ligado al servicio del altar. Por ello, el Papa que ahora es San Pablo VI, instituye estos ministerios a pedido de las Conferencias Episcopales, a fin de que puedan instruir e instituir ministros para el culto sagrado de Dios, la santa Misa y otras funciones.[1]

El ministerio del acolitado, no solo lo recibe el seminarista, sino también puede recibir cualquier fiel, es decir, varón o mujer con una firme y buena voluntad de servir fielmente a Dios y al pueblo cristiano, de este modo pueda ejercer funciones litúrgico-religiosas y de caridad, en conformidad a las diversas circunstancias. Por consiguiente, se confiere mediante el discernimiento de los pastores, una adecuada preparación y un rito especial mediante el cual, el fiel, una vez obtenida la bendición de Dios, queda dentro de una clase o grado para desempeñar una determinada función eclesiástica.[2]

En el Seminario Mayor Nacional del Paraguay se otorga el ministerio del Lectorado en primer lugar, al seminarista que primeramente haya recibido la Admisión a las Sagradas Órdenes, y en segundo lugar, se concede el Acolitado, al seminarista como último ministerio de cara al Orden Sagrado, cada vez más cerca del presbiterado. Aquí en el Seminario Mayor Nacional del Paraguay, esto se celebra para que el seminarista, durante su formación vaya configurándose más a Cristo Buen Pastor, en el servicio al Pueblo de Dios según sus necesidades.[3]

El acolitado se recibe en los últimos años de formación de las manos del obispo, de quien el seminarista tiene dependencia. Esto se da para significar la unión del seminarista con su obispo y su Iglesia particular.

Los elegidos para el ministerio de acolitado, participarán de un modo peculiar en el ministerio de la Iglesia, cuya vida y cumbre tiene su centro en la Eucaristía, por la que se edifica y crece el Pueblo de Dios, por tanto, el Acólito tiene funciones específicas que son de su competencia dentro de la celebración Eucarística:

Las funciones de un acólito son:

  • Cuidar el servicio del altar, ayudar al diácono y al sacerdote. Al él concierne principalmente preparar el altar y los vasos sagrados, especialmente en la santa Misa (cfr. IGMR n. 98).
  • Además, distribuir la sagrada comunión como ministro extraordinario de la comunión, según las condiciones establecidas para ello. En idénticas condiciones podrá exponer públicamente el Santísimo Sacramento de la Eucaristía a la adoración de los fieles y podrá posteriormente reservarlo, pero no puede dar la bendición. Puede también instruir a los fieles que ayudan en las acciones litúrgicas como son las de llevar el Misal, la cruz, los cirios u otras funciones similares.[4]
  • Asimismo, el acólito instituido, acabada la distribución de la Comunión, ayuda al obispo o presbítero o al diácono en la purificación y en el arreglo de los vasos sagrados. En ausencia del diácono, el acólito ritualmente instituido lleva los vasos sagrados a credencia y allí los purifica, los seca, y los arregla del modo acostumbrado (Cfr. IGMR n. 192).

            Autor: Blas David Fernández Velásquez

           Curso: Tercer año de la etapa Configuradora

            Diócesis: Coronel Oviedo


[1] Cfr. Francisco, Papa, Carta a la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre el acceso de las mujeres a los ministerios del lectorado y del acolitado, Editrice Vaticana, Roma 2021, 2.

[2] Cfr. Francisco, Papa, Carta a la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre el acceso de las mujeres a los ministerios del lectorado y del acolitado, Editrice Vaticana, Roma 2021, 4.

[3] Cfr. Pablo VI, Papa, Carta Apostólica «Misteria Quaedam», Por la que se reforma en la Iglesia latina la disciplina relativa a la primera tonsura, a las órdenes menores, al subdiaconado, Editrice Vaticana, Roma 1972, 1.

[4] Cfr. Sánchez, G.: El acolitado [Internet] https://deoduce.org/el_acolitado.pdf. [Consulta: 21 de octubre 2022].

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